quinta-feira, 5 de julho de 2018

El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea

Me he animado a escribir esta reseña para despertarles la curiosidad hacia un libro que he leído recientemente y que me parece que vale la pena comentarlo. Como lo he leído en español, les contaré mis impresiones en este mismo idioma. No se preocupen, que la historia no la cuento; no soy una aguafiestas.

El libro al que me refiero es El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea. El título, por sí solo, ya basta para despertar la curiosidad. ¿Cómo llegué a él? Pues por recomendación de mi amiga Lineimar Martins, traductora francobrasileña. Yo le recomendé un libro, y ella, a cambio, me recomendó este. Por cierto, si a alguien le apetece hacerme alguna recomendación literaria puede dejar un comentario al final de este artículo; se lo agradezco de antemano.

A ver, ¿qué puedo decir de la trama sin destriparla? Para empezar, me llamó la atención lo que leí previamente —me gusta situarme antes de sumergirme en un libro— acerca del autor y de la novela. En cuanto al autor, Romain Puértolas, me enteré de que es francés de origen español y, pese a su juventud (cuarentañero), acumula una experiencia laboral harto inusitada: DJ, profesor de idiomas en Barcelona, auxiliar y coordinador de vuelo en el aeropuerto de El Prat (Barcelona), trabajador de Aena en Madrid, encargado del mantenimiento de máquinas tragaperras en Brighton, policía de fronteras cuando regresó a Francia. Pues como dicen que el arte imita la vida, y viceversa, me imagino que sus múltiples vivencias le han servido de telón de fondo para engendrar una historia tan original y creativa. También me ayudaron a encender la chispa de la curiosidad los comentarios sobre el éxito de esta obra, que es su debut literario, entre los cuales está este: «… con más burbujas que la Coca-Cola», es decir, divertida como el cosquilleo que produce la gaseosa.

Sí, es cierto que la historia es muy divertida, y el efecto cómico se debe a las situaciones improbables e imprevistas, a las peculiaridades culturales, a los juegos de palabras con los nombres y sus debidas pronunciaciones. Pero la comicidad funciona como pretexto para tratar un tema trágico y muy presente en la actualidad: el drama de los inmigrantes ilegales.

Dhjamal Mekhan Dooyeghas (pronúnciese «Ya me quedan dos leguas») es un faquir indio pícaro que se gana la vida embaucando a los demás con sus artimañas. La aventura tiene inicio cuando viaja a París para comprarse una cama de clavos en Ikea, modelo Misklavospikån, para lo cual lleva tan solo un billete falso de cien euros. Entonces tiene lugar un increíble periplo que jamás hubiera soñado y que, más que un recorrido por varios países, se convierte en una jornada hacia dentro de sí mismo; y cada aventura, en un paso hacia un nuevo yo.

* Un agradecimiento especial a mi querida amiga Manuela Mangas Enrique, que me ayudó a pulir esta reseña.